La palabra Infierno, proviene del latín “Infernos” (inframundo o lugar inferior),
y es el lugar opuesto al Cielo o al Paraíso, donde sufren tormento aquellos que
culminaron una vida merecedora de ser castigada. Empleado en varios mitos y
religiones en todo el mundo para designar, un lugar de eterno sufrimiento para
los mortales que actuaron con maldad o donde habitan los espíritus y demonios
desde los inicios del tiempo.
Mitos Pre-hispánicos
El dios Mictlantecuhtli y su esposa, Mictecacíhuatli, regentes del Mictlán. |
Para los habitantes de Centroamérica,
el lugar del último reposo no dependerá de cómo había sido tu vida, sino de cómo
falleciste. Cada deidad azteca tenía su propio reino y en ellos recibía a los
fallecidos según cómo fue su final; ejemplos: Si el sujeto murió ahogado o en
el agua, era enviado al dios Tlaloc, señor de las lluvias y el relámpago;
quien moría en guerra se iba con Huitzilopochtli, dios de la guerra;
si una mujer fallecía durante el parto, era llevada ante la diosa Xochiquetzal,
diosa del amor, la belleza y protectora de las mujeres. Para aquellos que morían
de forma natural (enfermedad o vejez) eran llevados al Mictlán.
Para los mexicas, el viaje era peligroso y muy pocos lo superan. |
El Mictlan, es un paraje
funesto, lúgubre, terrorífico y oscuro, gobernado por el dios Mictlantecuhtli
y su esposa. Para la gran mayoría de las culturas precolombinas citan un lugar
similar al infierno o inframundo donde van los espíritus de aquellas personas
que han fallecido sin estar preparadas para alcanzar un elevado nivel
espiritual; o bien aquellas que han llevado una vida de pecado al no cumplir
los preceptos morales marcados por la sociedad.
Las descripciones mitológicas
se refieren al Mictlán como un reino compuesto por nueve llanuras y nueve ríos.
Es un mundo que está habitado por demonios, monstruos, espíritus nefastos y
numerosos animales feroces. Aquellos que logran cursar esos territorios,
pruebas y peligros, estarán frente a la deidad regente quien los devora para
convertirlos uno con el universo y así lograr el descanso eterno.
Mitos
Egipcios
El Más Allá, según los
egipcios, era llamado Duat, el lugar donde desarrollarían su
nueva vida los seres vivos tras la
muerte. Asociado durante el Imperio Antiguo como el Cielo o Paraíso,
pasó sin embargo a representar en el Imperio Nuevo al mundo subterráneo,
siendo en cualquiera de los casos un lugar enigmático, complejo y plagado de
todo tipo de seres tanto benéficos como malignos.
Según el Libro de los
Muertos, una colección de conjuros, encantamientos e información para el recién
fallecido de cómo superar su viaje por el inframundo y llegar ante Osiris,
dios de los Muertos, y enfrentar tu Juicio
Del Más Allá. El difunto se sometía en la llamada Sala de las Dos Verdades,
en ella se juzga el corazón para determinar si había causado algún mal en vida
o si se merece un descanso feliz en el Más Allá. Para los egipcios, el corazón se consideraba
como sede y responsable de los actos terrenales.
El Juicio del Más Allá. |
Se pesaba el mismo en una
balanza donde actuaba como contrapeso una pluma que representaba a Maat,
diosa de la Justicia; presentes par el acto estaban Horus, dios del Cielo,
quien introducía al difunto en la sala para su juicio; Anubis, protector y guía de los difuntos, se encargaba
de calibrar la balanza, y Thot, dios de la sabiduría y la
escritura, quien se ocupa de tomar registro del juicio y pesa el corazón. A los
pies de la balanza se encontraba esperando el veredicto, estaba Ammit,
“La Devoradora de Corazones”, quien personifica el castigo que se infligía al
difunto en caso de haber pecado.
Como soberano de los
muertos, Osiris, era el que debía ratificar la sentencia y otorgar al
fallecido el título de “Justo de Voz”, es decir, merecedor de la vida tras la
muerte.
Mitos
Griegos
El Hades o Inframundo Griego, y posteriormente el Romano. |
Los griegos creían que
las almas de los muertos permanecían en el Hades, un lugar dividido
en dos regiones: Erebo, donde los muertos entraban en
cuanto fallecían, y el Tártaro, la región más profunda y
donde están encerrado los Titanes. En algún lugar de ese tétrico mundo se
situaba el palacio del dios Hades, que daba nombre al mundo de los muertos.
Ante la presencia del
dios se juzgaba la actuación de los recién fallecidos y se decidía su destino
final: el ir a los Campos Elíseos, para aquellos que
fueron buenos en vida; o al Tártaro, para que sean castigados
por toda la eternidad.
Mitos
Nórdicos
Hela, diosa de la Muerte y soberana de Helheim, el inframundo nórdico. |
Para los escandinavos, el
descanso eterno de los mortales dependía tanto por la acción de su últimos
momentos de vida, como por lo comportamiento durante su vida. Para aquellos que
fallecieron en combate, eran llevados por las Valquirias al Valhalla
con Odin
que los recibía personalmente; mientras que los que mueren por vejez o
enfermedad, se dirigían a Helheim, el reino de la muerte y con
su reina la Diosa Hela.
La diosa junto a su perro
Garm,
mantenían controlado a los difuntos e impedía la entrada de los mortales. En Helheim
entraban las almas de los buenos y malos, por eran separados y llevados a Nastrand
o la “Playa de los Cadáveres”, donde iban las personas viles, asesinos,
criminales y mentirosos. En Nastrand las almas malignas
eran llevadas a una sala donde las paredes eran serpientes que escupían venenos
en todos lados y expedían un vapor letal.
Hinduismo y
Budismo
El Infierno existe pero
como un escenario transitorio en el ciclo de reencarnaciones. El Mahabharata, gran
epopeya sánscrita, señala que los hombres de naturaleza demoniaca serán
aniquilados en el infierno. En los templos japoneses, el rey de mundo inferior
aparece representado mientras juzga a los pecadores, y una vez condenados son
arrastrados hacia su tormento eterno.
El Islamismo
La tradición islámica es
el Juicio
Final donde las almas de los mortales serian juzgadas y llevadas al
fuego infernal, y se especifica que el fuego del infierno es setenta veces más
ardiente que el fuego terrestre. Es obvio que la presunta crueldad que se
emplea en el submundo que rigen los demonios responde a la necesidad de
garantizar una condena inapelable para quienes deban ser sometidos a las penas
más duras por sus comportamientos terrenales.
El Judaísmo
Sheol, una morada donde las almas de los
pecadores vagan en la oscuridad. Para el Judaísmo, la concepción de un lugar de
tormento eterno por tus actos era nula. Las personas al fallecer no irían a un
paraíso para reposar eternamente, sino que dependiendo de tus actos en vida
optabas en resucitar en otra vida o estar en una muerte eterna.
El castigo para los
pecadores era de permanecer muerto eternamente si posibilidad de resucitar, ya
que la muerte era el peor de los castigos para los judíos. Aunque el concepto
de un infierno no es abandonada del todo, ya que algunos rabinos consideran el
infierno como un lugar de purificación donde el alma se limpia de sus pecados.
El Cristianismo
Al inicio, no se hacía
noción alguna sobre la existencia de un lugar de tormento para los pecadores.
Para los primeros momentos del cristianismo, se buscaba que más personas se
unieran a la religión; por ello se promulgo a los primeros adeptos que después
de la muerte se ganarían “La Vida Eterna”,
donde los que sufrieron tormentos o alguna desgracia, serian recompensados en
la otra con paz y amor.
En el siglo III, se
comenzó a re-estudiar los libros sagrados y en ellos conectaron el Sheol hebreo
con los relatos de los ángeles caídos, y de ahí nace la imagen de Lucifer,
un ángel caído que se rebeló ante dios y que cayó a la tierra junto con otros
rebeldes. Para Agustín de Hipona y Tomas de Aquino, creían que las personas al
morir pero cuyos actos en vida eran malignos, serian llevadas al infierno donde
seria prisioneros hasta el fin del mundo.
Datnte Alighieri, autor de la "Divina Comedia", fue un importante poeta italiano de la Baja Edad Media y principios del Renacimiento. |
La imagen del infierno
para esos momentos era de un lugar de eterno sufrimiento, no relacionado con
fuego y azufre como en la actualidad. La imagen actual se debió a la epopeya
alegórica del escritor Dante Alighieri, la “Divina Comedia”, en
ella se describe con detalle la geografía como los castigos del El
Infierno, las penitencias de El Purgatorio y los Círculos Celestiales del
Paraíso.