domingo, 7 de enero de 2018

Infierno o Inframundo, Según los Mitos Universales

Cada doctrina o religión del Mundo, coinciden en que el Infierno o Inframundo es el lugar donde los difuntos encontraran por medio de tormentos y pruebas a su fe, el reposo eterno y feliz que merecen.


La palabra Infierno, proviene del latín “Infernos” (inframundo o lugar inferior), y es el lugar opuesto al Cielo o al Paraíso, donde sufren tormento aquellos que culminaron una vida merecedora de ser castigada. Empleado en varios mitos y religiones en todo el mundo para designar, un lugar de eterno sufrimiento para los mortales que actuaron con maldad o donde habitan los espíritus y demonios desde los inicios del tiempo.

Mitos Pre-hispánicos

El dios Mictlantecuhtli y su esposa, Mictecacíhuatli, regentes del Mictlán.

Para los habitantes de Centroamérica, el lugar del último reposo no dependerá de cómo había sido tu vida, sino de cómo falleciste. Cada deidad azteca tenía su propio reino y en ellos recibía a los fallecidos según cómo fue su final; ejemplos: Si el sujeto murió ahogado o en el agua, era enviado al dios Tlaloc, señor de las lluvias y el relámpago; quien moría en guerra se iba con Huitzilopochtli, dios de la guerra; si una mujer fallecía durante el parto, era llevada ante la diosa Xochiquetzal, diosa del amor, la belleza y protectora de las mujeres. Para aquellos que morían de forma natural (enfermedad o vejez) eran llevados al Mictlán.

Para los mexicas, el viaje era peligroso y muy pocos lo superan.
El Mictlan, es un paraje funesto, lúgubre, terrorífico y oscuro, gobernado por el dios Mictlantecuhtli y su esposa. Para la gran mayoría de las culturas precolombinas citan un lugar similar al infierno o inframundo donde van los espíritus de aquellas personas que han fallecido sin estar preparadas para alcanzar un elevado nivel espiritual; o bien aquellas que han llevado una vida de pecado al no cumplir los preceptos morales marcados por la sociedad.

Las descripciones mitológicas se refieren al Mictlán como un reino compuesto por nueve llanuras y nueve ríos. Es un mundo que está habitado por demonios, monstruos, espíritus nefastos y numerosos animales feroces. Aquellos que logran cursar esos territorios, pruebas y peligros, estarán frente a la deidad regente quien los devora para convertirlos uno con el universo y así lograr el descanso eterno.

Mitos Egipcios

El Más Allá, según los egipcios, era llamado Duat, el lugar donde desarrollarían su nueva vida los  seres vivos tras la muerte. Asociado durante el Imperio Antiguo como el Cielo o Paraíso, pasó sin embargo a representar en el Imperio Nuevo al mundo subterráneo, siendo en cualquiera de los casos un lugar enigmático, complejo y plagado de todo tipo de seres tanto benéficos como malignos.

Según el Libro de los Muertos, una colección de conjuros, encantamientos e información para el recién fallecido de cómo superar su viaje por el inframundo y llegar ante Osiris, dios de los Muertos,  y enfrentar tu Juicio Del Más Allá. El difunto se sometía en la llamada Sala de las Dos Verdades, en ella se juzga el corazón para determinar si había causado algún mal en vida o si se merece un descanso feliz en el Más Allá.  Para los egipcios, el corazón se consideraba como sede y responsable de los actos terrenales.

El Juicio del Más Allá.

Se pesaba el mismo en una balanza donde actuaba como contrapeso una pluma que representaba a Maat, diosa de la Justicia; presentes par el acto estaban Horus, dios del Cielo, quien introducía al difunto en la sala para su juicio; Anubis,  protector y guía de los difuntos, se encargaba de calibrar la balanza, y Thot, dios de la sabiduría y la escritura, quien se ocupa de tomar registro del juicio y pesa el corazón. A los pies de la balanza se encontraba esperando el veredicto, estaba Ammit, “La Devoradora de Corazones”, quien personifica el castigo que se infligía al difunto en caso de haber pecado.

Como soberano de los muertos, Osiris, era el que debía ratificar la sentencia y otorgar al fallecido el título de “Justo de Voz”, es decir, merecedor de la vida tras la muerte.

Mitos Griegos

El Hades o Inframundo Griego, y posteriormente el Romano.

Los griegos creían que las almas de los muertos permanecían en el Hades, un lugar dividido en dos regiones: Erebo, donde los muertos entraban en cuanto fallecían, y el Tártaro, la región más profunda y donde están encerrado los Titanes. En algún lugar de ese tétrico mundo se situaba el palacio del dios Hades, que daba nombre al mundo de los muertos.

Ante la presencia del dios se juzgaba la actuación de los recién fallecidos y se decidía su destino final: el ir a los Campos Elíseos, para aquellos que fueron buenos en vida; o al Tártaro, para que sean castigados por toda la eternidad.

Mitos Nórdicos

Hela, diosa de la Muerte y soberana de Helheim, el inframundo nórdico.

Para los escandinavos, el descanso eterno de los mortales dependía tanto por la acción de su últimos momentos de vida, como por lo comportamiento durante su vida. Para aquellos que fallecieron en combate, eran llevados por las Valquirias al Valhalla con Odin que los recibía personalmente; mientras que los que mueren por vejez o enfermedad, se dirigían a Helheim, el reino de la muerte y con su reina la Diosa Hela.

La diosa junto a su perro Garm, mantenían controlado a los difuntos e impedía la entrada de los mortales. En Helheim entraban las almas de los buenos y malos, por eran separados y llevados a Nastrand o la “Playa de los Cadáveres”, donde iban las personas viles, asesinos, criminales y mentirosos. En Nastrand las almas malignas eran llevadas a una sala donde las paredes eran serpientes que escupían venenos en todos lados y expedían un vapor letal.

Hinduismo y Budismo

El Infierno existe pero como un escenario transitorio en el ciclo de reencarnaciones. El Mahabharata, gran epopeya sánscrita, señala que los hombres de naturaleza demoniaca serán aniquilados en el infierno. En los templos japoneses, el rey de mundo inferior aparece representado mientras juzga a los pecadores, y una vez condenados son arrastrados hacia su tormento eterno.

El Islamismo

La tradición islámica es el Juicio Final donde las almas de los mortales serian juzgadas y llevadas al fuego infernal, y se especifica que el fuego del infierno es setenta veces más ardiente que el fuego terrestre. Es obvio que la presunta crueldad que se emplea en el submundo que rigen los demonios responde a la necesidad de garantizar una condena inapelable para quienes deban ser sometidos a las penas más duras por sus comportamientos terrenales.

El Judaísmo

Sheol, una morada donde las almas de los pecadores vagan en la oscuridad. Para el Judaísmo, la concepción de un lugar de tormento eterno por tus actos era nula. Las personas al fallecer no irían a un paraíso para reposar eternamente, sino que dependiendo de tus actos en vida optabas en resucitar en otra vida o estar en una muerte eterna.

El castigo para los pecadores era de permanecer muerto eternamente si posibilidad de resucitar, ya que la muerte era el peor de los castigos para los judíos. Aunque el concepto de un infierno no es abandonada del todo, ya que algunos rabinos consideran el infierno como un lugar de purificación donde el alma se limpia de sus pecados.

El Cristianismo

Al inicio, no se hacía noción alguna sobre la existencia de un lugar de tormento para los pecadores. Para los primeros momentos del cristianismo, se buscaba que más personas se unieran a la religión; por ello se promulgo a los primeros adeptos que después de la muerte se ganarían “La Vida Eterna”, donde los que sufrieron tormentos o alguna desgracia, serian recompensados en la otra con paz y amor.

En el siglo III, se comenzó a re-estudiar los libros sagrados y en ellos conectaron el Sheol hebreo con los relatos de los ángeles caídos, y de ahí nace la imagen de Lucifer, un ángel caído que se rebeló ante dios y que cayó a la tierra junto con otros rebeldes. Para Agustín de Hipona y Tomas de Aquino, creían que las personas al morir pero cuyos actos en vida eran malignos, serian llevadas al infierno donde seria prisioneros hasta el fin del mundo.

Datnte Alighieri, autor de la "Divina Comedia",  fue un importante poeta italiano de la Baja Edad Media y principios del Renacimiento.

La imagen del infierno para esos momentos era de un lugar de eterno sufrimiento, no relacionado con fuego y azufre como en la actualidad. La imagen actual se debió a la epopeya alegórica del escritor Dante Alighieri, la “Divina Comedia”, en ella se describe con detalle la geografía como los castigos  del El Infierno, las penitencias de El Purgatorio y los Círculos Celestiales del Paraíso.

lunes, 8 de febrero de 2016

Huitzilopochtli, Mitología Azteca

Huitzilopchtli, deidad principal de los aztecas.

Es el dios de la guerra y representa el arquetipo solar. Es, por tanto, una de las muchísimas manifestaciones mitológicas que se han hecho del Sol. Dado que su nombre en azteca significa colibrí, está vinculado con dicha ave, y la mitología asegura que todos los guerreros muertos en combate renacerán, tras llegar al otro mundo, bajo la figura de colibríes.

Si bien una leyenda indica que nacía diariamente de la tierra, personificada en su madre la diosa Coatlicue, otra nos cuenta que en realidad lo hizo cuando su madre guardó en su pecho varias plumas de colibrí que habían caído del cielo.

Es uno de los dioses más sanguinarios del panteón azteca, no solo por su vinculación con las batallas, sino también porque exige que se realicen sacrificios rituales para contentarlo, siendo uno de los más destacados la ceremonia del Panquetzalizti.

La mitología afirma que el dios se alimentaba de la sangre y los corazones de los guerreros caídos en batalla, quienes tras ser sacrificados, pasaban a formar parte del brillo del Sol. Transcurridos cuatro años, los espíritus de los guerreros alcanzaban la mutación final que los convertía en colibríes.

Nacimiento de Huitzilopochtli y la Rebelión de Coyolxauhqui

Al enterarse del embarazo de Coutlicue, diosa de la tierra, Coyolxauhqui, organizó junto con sus 400 hermanos y hermanas una rebelión contra ella, por el descaro de tener un hijo ilegitimo.

En las faldas del cerro de Coatepec, la diosa de la Luna y sus hermanos cargaron contra su madre, pero al estar cerca de su madre, dio a luz al dios Huitzilopochti, quien estaba completamente preparado para el combate; llevando en su mano la mítica arma Xiuhcóatl (serpiente de fuego), descuartizó a su hermana mayor, arrojó su cuerpo montaña abajo y su cabeza fue lanzada al cielo para convertirse en la Luna, sus 400 hermanos y hermanas  también derrotados serían las estrellas.

¿Qué es el Panquetzalizti?


Panquetzalti, permite una conexión directa con el dios principal y augurando así futuras victorias en el campo de batalla


En náhuatl significa “levantamiento de banderas”, Es una festividad que se realizaba en honor del dios Huitzilopochitli. La celebración que pretendía rendir tributos a la estación de los relámpagos (que por extensión también se consideraba como la de la fertilidad), consistía en llevar a cabo un sacrificio ritual. Según el calendario mexica, esta festividad se daba en el decimoquinto mes cuya duración es de 20 días. En el calendario gregoriano el ritual coincide entre el 30 de noviembre al 19 de diciembre y en los años bisiestos entre los días 29 de noviembre al 19 de diciembre.

Durante esta ceremonia se realizaban juegos de pelota o tlachtli, los sacerdotes escogían a una serie de personas que habían sido condenadas por actos nefastos contra la sociedad, o bien guerreros hechos prisioneros en batalla. Se les hacía ingerir diferentes sustancias, entre ellas pulque. Acto seguido se procedía al sacrificio ritual procurando que su sangre cayera en unas vasijas preparadas a tal fin. En ellas se mezclaba tierra, así como una serie de plantas desconocidas.

Se preparaban una masa compacta hecha con los ingredientes referidos y se le daba forma del dios, acto seguido, era atravesada por unas lanzas por el más valeroso de los guerreros o bien el mismo sacerdote. Los restos eran dados como alimento para los demás prisioneros y esclavos.


También en esta celebración se bendicen las familias con buenas cosechas, prosperidad y fertilidad.


Con esta acción el dios de la guerra, se encontraba contento, agradecido, y entraba en disposición de proteger a los guerreros en futuras campañas militares.

Infierno o Inframundo, Según los Mitos Universales

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